A este panorama hay que sumarle otros 72 países que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, así como pequeñas regiones, entidades o estados autónomos que siguen la misma política. Este es el caso del territorio de Aceh, en Indonesia, al que recientemente Amnistía Internacional ha denunciado por condenar a aquellos que tengan relaciones sexuales con personas de su mismo sexo a recibir 100 latigazos como castigo.
Por su parte, el presidente de la Asamblea de la ONU, el libio Ali Abdussalam Treki, se posiciona del lado de estos países discriminatorios negando su apoyo a la propuesta que llevaron a cabo 66 países el pasado diciembre en la ONU y que demanda que no se criminalice a gays y lesbianas por ser ellos mismos.
Abdussalam afirma que "Es un asunto muy sensible. Como musulmán, no estoy a favor. Es algo que la mayoría de los países no aceptan. Creo que no es aceptable debido a mi religión, a mi tradición" y asegura que desde su punto de vista dar libertad a los homosexuales no es “una especie de cosa democrática”.