Azotes después del Ramadán

Malasia es noticia desde que salió a la luz la sentencia del Tribunal Superior de la Ley Islámica del estado de Pahang que condenaba a una joven modelo musulmana de 32 años, Kartika Sari Dewi Shukarno, a recibir seis golpes de vara y a pagar una multa de 5000 rupias por beber cerveza en el bar de un hotel del lugar.

La sentencia aún no se ha ejecutado y se vuelve cada vez más polémica, las cosas se complican si tenemos en cuenta que los hechos han sucedido en un país multicultural donde casi la mitad de la población son musulmanes y el resto se reparten entre budistas, taoístas, hinduistas y una minoría cristiana.

Por su parte la joven Kartica se ha declarado culpable y ha llegado a pedir, respaldada por su familia, que el fustigamiento se lleve a cabo en público de modo que todos los musulmanes puedan aprender de su error, el Tribunal ha rechazado ésta propuesta.
Las organizaciones que trabajan por la defensa de los derechos humanos han manifestado su repulsa ante los acontecimientos, desde Amnistía Internacional exigen la abolición de estas penas por considerarlas un castigo “cruel, inhumano y degradante” y han pedido al gobierno malasio que “derogue todas las leyes que contemplan éste y cualquier otro castigo corporal”.
Para evitar más polémicas las autoridades pertinentes han decidido posponer los latigazos hasta después del Ramadán.

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