Sabah, la joya malaya del ecoturismo

Fernanda Muslera (Redacción FF)

Poco se conoce sobre Malasia y muchas os sorprenderéis al saber que este pequeño país del Sudeste Asiático alberga la selva más antigua del mundo, la flor más grande del planeta y es de los dos países donde aún existen orangutanes.

Aunque la península malaya ofrece gran cantidad de lugares increíbles, la pequeña provincia de Sabah, ubicada en la isla de Borneo, representa un destino ideal para todas aquellas que seáis amantes del ecoturismo. Con una superficie de tan solo 76.000 km², Sabah alberga al pico más alto del país, el Monte Kinabalu de 4095 metros y en cuyos alrededores contienen una variedad de flora y fauna tan impresionante que es considerado uno de los sitios biológicos de mayor importancia a nivel internacional. Entre la flora existente se encuentra la Rafflesia, una planta parásita que puede medir más de un metro y pesar 10 kilos cuyo terrible olor a carne podrida atrae a los insectos. Pese a su mala prensa se las ha ingeniado para ser la flor oficial del estado de Sabah.

El río Sungai Kinabatangán es otra de las visitas ineludibles por su fauna singular y variada. Además de elefantes, cocodrilos, rinocerontes y gran cantidad de aves se encuentran dos especies de primates únicas: el mono narigudo (llamado por los locales hombre holandés por su prominente nariz) y orangutanes, animales con los que compartimos el 96.5% de nuestro material genético, ambos en peligro de extinción. En Sabah encontraremos una de las atracciones turísticas más importantes de este estado, el Centro de Rehabilitación Sepilok para orangutanes huérfanos o dañados, donde los mismos son asistidos y entrenados para volver a la vida salvaje. Este lugar fascina a sus visitantes por la posibilidad de ver a estos maravillosos animales de forma muy cercana y en su hábitat natural. Y para aquellas que tengáis el bolsillo en plena forma, incluso podéis odéis trabajar de voluntarias cuidando a los encantadores bebés orangutanes.

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